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¿Sientes que tu perro es como un hijo?

 

 

Las personas que tenemos perros muchas veces les hablamos con voces estridentes como si fuesen bebés y les llamamos "hijito", "bebé" o "pequeño", y cuando alguien nos pregunta si tenemos hijos, solemos responder "Tengo perros". Esta forma de actuar hace que la gente de nuestro entorno piensen que estamos locos y, en el mejor de los casos, que somos unos exagerados por tratar a los perros como si fuesen nuestros niños, pero, por fin, ahora les puedes rebatir diciendo "la ciencia me da la razón".

 
De acuerdo con un estudio realizado por el Massachusetts General Hospital y publicado en el diario PlosONE, cuando las mujeres miran a sus perros se activan prácticamente las mismas áreas del cerebro que cuando ven a sus propios hijos.

 

Para realizar el estudio, los investigadores del Hospital General de Massachusetts analizaron la actividad cerebral por resonancia magnética funcional para estudiar las reacciones que tenían 14 mujeres mientras veían las fotos de sus hijos pequeños, las fotos de sus perros, y fotos de niños y perros desconocidos.  El resultado fue muy interesante: muchas de las áreas cerebrales que se activan cuando una mujer ve a su hijo también se activan cuando ve a su perro. Sin embargo, hay un par de áreas en el cerebro, la sustancia negra y el área tegmental ventral, que únicamente se iluminaron al ver a sus hijos, pero no al ver a sus perros. Curiosamente, estas áreas están repletas de dopamina, oxitocina y arginina vasopresina, hormonas relacionadas con los sentimientos de recompensa y de unión con otros. Conclusión del estudio

Las madres reportaron calificaciones emocionales similares para sus hijos y el perro, lo que provocó mayores respuestas emocionales positivas que en los niños y perros desconocidos. Mientras que la red cerebral común relacionada con la gratificación, la emoción, y la afiliación se activa cuando las madres vieron imágenes de su hijo y el perro, la activación en el cerebro medio (VTA / SNI), una región clave del cerebro involucrada en la recompensa y la afiliación, que se caracteriza por la respuesta de las madres a las imágenes de sus hijos y no se observó en respuesta a imágenes de su propio perro. Las madres también tuvieron una mayor activación en la circunvolución fusiforme al ver a su propio perro en comparación con el hecho de ver a su propio hijo. Estos resultados demuestran que hay aspectos compartidos en el vínculo madre-hijo y madre-perro en la experiencia emocional y los patrones de la función cerebral, pero también hay diferencias cerebro-conducta que pueden reflejar el fundamento evolutivo distinto de estas relaciones.

 

Patterns of Brain Activation when Mothers View Their Own Child and Dog: An fMRI Study Un cambio en la implicación emocional de los perros en nuestras vidas

Dos tercios de los hogares estadounidenses tienen mascotas, y gastan 58 mil millones de dólares al año para cuidar de ellos.

 

Por otro lado, hay que decir que también es una tendencia lógica por un cambio de pensamiento de la sociedad, donde el animal pasa de ser un mero acompañante a ser un miembro de la familia. La gente que realmente ama a sus perros cada día se preocupa más por su bienestar y felicidad. Comen alimentos naturales, tienen juguetes de todo tipo para su entretenimiento, si nos vamos de vacaciones buscamos un lugar donde poder viajar con ellos o buscamos la mejor alternativa donde se puedan quedar. Esto es una evolución racional que no tiene que ver con las áreas cerebrales, sino con la implicación emocional con un miembro más de nuestra familia. Fuente: "The Dog Mom´s Brain" de Virginia Hughes, en National Geographic  /  Patterns of Brain Activation when Mothers View Their Own Child and Dog: An fMRI Study - PlosONE.org

 

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