La sordera en el perro
La sordera es una enfermedad bastante común sobre todo entre algunas razas como el dálmata.
Se trata de una patología que requiere una educación especial, pero en ningún caso supone un obstáculo insuperable, ni mucho menos. Con algunos cuidados extra y una buena enseñanza un perro sordo puede llevar una vida plena, como otro cualquiera.
Existen distintos tipos de sordera:
- Sordera bilateral o unilateral: Ocurre en ambos oídos o solamente en uno.
- Sordera parcial o total: Tanto si es bilateral como unilateral, puede ser una sordera total, cuando el perro no oye absolutamente nada, o parcial cuando oye poco.
- Sordera hereditaria o adquirida: La primera se produce a través de los genes de los progenitores. En el segundo caso, no se trata de una sordera de nacimiento, sino que se adquiere por distintas causas como enfermedades, golpes, exposición a ruidos fuertes...
La sordera puede producirse por distintos factores:
- Conductual: Producida por un taponamiento en los oídos (otitis, serumen...)
- Sensorial: Por lesiones en los órganos auditivos internos.
- Central: alteraciones en el cerebro, en el procesamiento de los sonidos.
El dálmata es la raza más afectada por esta patología a nivel mundial. Se sabe que aproximadamente el 8% de los ejemplares de esta raza presenta sordera bilateral y un 22% unilateral. Otras razas con alta incidencia de sordera son el Bull Terrier, el Setter Inglés, el Cocker Spaniel Inglés, el Boyero Australiano, el Jack Russell y el Dogo Argentino.
Los cachorros de todas las razas nacen con los canales auditivos cerrados por lo que no se puede saber en un primer momento si tiene sordera o no. A partir de los 14 días los canales se abren y los perros comienzan a oir. Para saber si un cachorro padece sordera se pueden realizar diferentes pruebas como hacer sonar unas llaves o un cascabel junto a la oreja o dar una palmada y observar si reacciona al ruido, si sus orejas se mueven buscando el origen del mismo. No obstante, este tipo de pruebas no son determinantes ni confiables, ni podrán indicar si se trata de una sordera total o parcial.
Para ello, se ha desarrollado un examen auditivo especial llamado B.A.E.R. (Brainstem Auditory Evoked Response), el único fiable por el momento para determinar si un perro está sordo y el grado de sordera que presenta en cada oído. Se trata de un procedimiento de estimulación a través de sonidos para evaluar la respuesta cerebral a dichos estímulos. Es un test algo costoso y sólo se realiza por veterinarios especialistas.
En el caso de los dálmatas, existen estudios que relacionan la sordera con el color azul de los ojos, ya que el gen que produce ese color en el iris tiene el mismo origen que el gen que provoca la sordera. Esto no significa que todos los dálmatas de ojos azules sean sordos, pero si existe una mayor incidencia.
Lo mismo ocurre con el color del pelaje. Algunos perros tienen el pelaje blanco, porque su piel está pigmentada con un color muy claro que se asemeja al blanco (westie, samoyedo...). Sin embargo, otros perros como el dálmata o el bull terrier son blancos porque su piel carece de pigmentación, y los genes que provocan esta falta de pigmentación tienen el mismo origen que los genes que provocan la sordera. Por eso se cree que los dálmatas con mucho blanco en su pelaje tienen una mayor incidencia o más posibilidades de padecer sordera.
Cuidados especiales
- En la calle...
Cuando un perro está sordo no puede reaccionar ante sonidos que le avisen del peligro, como el sonido de un claxon si cruza la carretera. Es por eso que lo más adecuado a la hora de salir a pasear es que vaya siempre con correa, y que sólo se le suelte en espacios donde no exista peligro o donde el animal esté muy controlado.
- Comunicación:
Se puede entrenar al can para que aprenda el lenguaje de los signos. Es un sistema cuya efectividad está totalmente probada y consiste en enseñarle diferentes signos (realizados con las manos y los brazos) para que aprenda normas básicas, como acudir a la llamada, sentarse, esperar...
También pueden utilizarse otro tipo de señales visuales como encender y apagar la luz de la entrada varias veces cuando vaya a salir a pasear, por ejemplo, o agitar los brazos con fuerza cuando estén en la calle y quiera llamar su atención.
Otra opción es comunicarse a través del tacto, asociando una acción al hecho de tocar su cabeza cierto número de veces, el lomo... Todos estos sistemas se basan en la repetición y en la obtención de una recompensa, un premio en forma de comida o en forma de caricias.
Por otro lado, es muy importante procurar no asustarle y evitar cualquier situación desconcertante. Procure acercarse a él siempre de frente, y si lo hace por detrás, procure pisar fuerte para que las vibraciones del suelo avisen al perro de la posición en la que se encuentra.