¿Por qué debo desparasitar a mi perro?
Para mantener el organismo libre de parásitos que pueden generar serias enfermedades, se recomienda desparasitar periódicamente a nuestros compañeros, tanto con antiparasitarios internos, como externos, sean pipetas o collares, y sprays para la zonas donde suelen estar nuestros animales.
La desparasitación consiste en impedir el contacto o eliminar al propio parásito.
Nuestros pueden alojar parásitos, tanto internos como externos, que pueden afectar seriamente a su salud, incluso a veces pueden transmitirse a los seres humanos y a otros animales. En vuestras tiendas o clínicas veterinarias encontrarás una gran variedad de productos para prevenir problemas y protegerles. Déjate asesorar por tu veterinario o responsable del establecimiento.
Los parásitos se pueden contraer en diversidad de lugares: paseos por la calle, al comer alimentos que no deben en la calle, por cropofagia o por contacto con otras mascotas, entre otras posibilidades.
Debido a la llegada de la subida de las temperaturas, hay más riesgo según se acerca la estación primaveral.
Los parásitos pueden ser internos o externos.
Los parásitos internos, pueden ser de dos tipos y suelen a alojarse en el aparato digestivo de nuestros perros:
- Lombrices planas (Cestodos o Tenias)
- Lombrices redondas (Nematodes)
Los parásitos externos más frecuentes son:
1. Garrapatas
La garrapata es el parásito que mayor número de enfermedades transmite. Desde que sale del huevo necesita sangre para alimentarse, anclándose fuertemente en la piel del animal. Es en ese momento cuando puede producirse el contagio de los parásitos que alberga.
El riesgo de infestación es más elevado en primavera y verano, ya que como las pulgas, prefieren los ambientes cálidos.
Una de las razones más importantes por las que debemos evitar la picadura de las garrapatas es la capacidad que tienen de contagiar todo tipo de enfermedades, algunas de ellas muy graves:
- Babesiosis: esta enfermedad destruye los glóbulos rojos de la sangre provocando anemia severa que puede derivar en la muerte del animal. Incluso bajo tratamiento, el perro puede sufrir secuelas renales.
- Ehrlichiosis: es una afección que puede provocar hemorragias severas, adelgazamiento extremo, anemia, e incluso ceguera o complicaciones neurológicas.
- Borreliosis o enfermedad de Lyme: en este caso, la bacteria que provoca esta enfermedad se extiende por todo el cuerpo y afecta principalmente a las articulaciones, pudiendo causar cojera crónica en el perro.
2. Pulgas
La pulga es un parásito milimétrico, por lo que su presencia pasa generalmente inadvertida para el ojo humano. Existen más de 2.000 especies y subespecies de pulgas. En el perro, la más importante es, curiosamente, Ctenocephalides felis, conocida comúnmente como "la pulga del gato".
La pulga pasa el 90% de su vida fuera del perro, oculta en el medio ambiente en sus fases de desarrollo (huevo, larva y ninfa) hasta que alcanza la madurez.
3. Mosquitos
El mosquito es un insecto muy conocido por todos nosotros. Las picaduras de mosquitos son una de las molestias más compartidas entre las personas durante los meses más calurosos del año. Pero la picadura de un mosquito también puede afectar al perro y llegar a contagiarle enfermedades muy peligrosas como la filariosis.
La filariosis puede ocasionar dificultades respiratorias, hemorragias nasales, cansancio severo y, en última instancia, un paro cardíaco que puede suponer la muerte del animal.
En el caso del flebotomo, un tipo de mosquito portador de la leishmaniosis, puede transmitirte la peligrosa leishmaniosis canina.