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¿ Tienen celos los perros ?

Según los estudios de Paul Morris, de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra, los celos son un sentimiento muy común en los perros, así como la ira, la ansiedad o el miedo y el perro los tiene exactamente igual que los seres humanos pero por causas distintas a las personas.

Para el perro es una fuente de gran tensión a la que reacciona de una manera espontánea e instintiva con comportamientos destructivos, agresivos, etc. Para evitar este tipo de comportamientos la primera cosa que se debería hacer es "eliminar la causa", pero es evidente que no se puede "eliminar" un nuevo cachorro o un nuevo bebé.

Los factores por los que pueden sufrir de celos pueden ser muchos como la entrada de una nueva mascota en la familia, el nacimiento de un niño, una nueva pareja etc. Los perros pueden sentir celosfrente a cualquier persona o animal que les pueda robar el protagonismo con sus dueños.

Si el recién llegado es un bebé, hay que dejar que el perro sacie su curiosidad, oliendo y dejándole acercarse al nuevo miembro para ayudarle a aceptarle.

Es un poco "difícil" prestarle menos atención al recién llegado si es un niño, ya que el bebé requerirá atención no sólo de tipo emocional, por lo que es conveniente implicar al perro en todo lo que hacemos, para que el perro no piense que el niño es un rival, sino un nuevo miembro de la manada pequeño, indefenso, al que hay que cuidar todos juntos. Si el perro por temor a que le haga daño al bebé aún sin intención, es alejado, inevitablemente sufrirá celos.

Si el recién llegado es un animal al nuevo no le importará recibir menos atención ya que todavía no sabe cuál es su lugar en la familia, por lo que en ningún caso podrán aparecer los celos del nuevo hacia el viejo. El cachorro será el que comprenda la escala social mostrando respeto hacia el perro que ya estaba en la casa.

Pero es importante ayudar al viejo a aceptar la nueva entrada, sin tomar partido y separándolos sólo en caso de comportamientos agresivos. La nueva entrada debe ser algo positivo, con sonrisas, alegría, y muchas caricias, de esta manera, el perro va a ser capaz de asimilar el hecho positivo de la manera correcta.

Hay que conseguir tranquilar y convencer que nadie le quitará el afecto, los mimos y las atenciones de su dueño. De modo que seria conveniente duplicar sus atenciones al perro y no sólo con mimos y caprichos sino también con una actitud positiva haciéndole sentir parte activa de la familia, salir más con él, jugar e implicarle más.

Si el nuevo miembro va a ser otro perro y se puede elegir, seria conveniente elegirlo del sexo opuesto ya que siempre es más fácil y para proteger a la hembra de camadas no deseadas y de una gran cantidad de posibles enfermedades se la esterilizará.

El primer encuentro entre los perros seria bueno que fuera en campo neutral, para el perro no lo vea como una "invasión" de su territorio. Si dos perros se hacen amigos en el parque, después será mucho más fácil que acepte que entre en su casa.

A la hora de comer es importante servir antes el perro y luego el recién llegado, de modo que si es un niño antes de cada toma, le pongamos algo de comer en el cuenco al perro. En el caso de dos perros es conveniente poner los cuencos separados y no permitir que ninguno coma del cuenco del otro.

No se debe hacer jugar a los perros con una sola pelota al menos hasta que se haya consolidado su relación, pero si pueden compartir los juguetes que se pueden coger por dos partes como las cuerdas, palos, etc. ya que estos juegos refuerzan la amistad.

Los paseos serán siempre juntos aunque llevar dos perros no es tarea fácil pero con el tiempo se hará bien ya que sacar los perros por turnos despierta los celos.

Normalmente los perros, si son equilibrados tardan poco en asimilar la llegada del nuevo miembro, en ocasiones algo mas, pero si nosotros los dueños nos comportamos de la manera adecuada, el tiempo se acortará y aparecerá la amistad o por lo menos la tolerancia.

No hay que olvidar jamás que son empáticos, por lo que si nosotros tenemos la idea fija de que nuestro perro sufre celos y no puede soportar la nueva llegada, haremos que el perciba nuestro nerviosismo y se ponga el también nervioso.

Pero si un perro muestra signos de malestar después de la llegada de un nuevo miembro de la familia y si persisten incluso después, puede ser que los celos no sean el problema o sólo eran una parte, por lo que seria aconsejable llevarlo al veterinario para descartar cualquier otra patología. 

Nunca hay que darse por vencido aunque los primeros 5 minutos, el perro gruñó u orinó. La llegada de un nuevo miembro de la familia supone siempre un estrés por lo que debemos de darle un poco de tiempo para acostumbrarse.