Facebook Pixel

Perros de morro chato y el calor

Si tienes un perro de morro chato seguro que eres consciente de las dificultades que tienen para respirar bien. Si a esto le sumas las altas temperaturas de verano y que los perros usan la boca para expulsar el calor de su cuerpo mediante el jadeo…

 

 

Los perros “chatos” lo llevan mucho peor. Por ello si eres el orgulloso dueño de un perro braquicéfalo (carlino, bulldog, bóxer) debes extremar las precauciones con las altas temperaturas y evitar que el sistema respiratorio de tu animal se colapse ya que son muy propensos a sufrir un golpe de calor con fatales consecuencias. La razón es su peculiar anatomía: su hechura chata y pliegues en la cara impiden el flujo normal de aire a través de su hocico y laringe.

 

 

Los huesos de la cara de estas razas están muy comprimidos, la estructura ósea del hocico también se acorta y se estrecha. El aire, en consecuencia, cuenta con menos espacio para acceder a los pulmones del perro. El estrechamiento de los orificios nasales no es la única peculiaridad de los canes chatos. Su tráquea, más estrecha de lo habitual, agrava sus problemas respiratorios. Por ello deberemos evitar la actividad física intensa en las horas donde haga más calor, así como evitar los paseos largos en las mismas.

 

 

Deberemos estar muy pendientes de su respiración ya que su sistema respiratorio puede colapsarse con facilidad. También es adecuado salir siempre con agua para poder mojar a nuestro perro en las zonas de las axilas y el estómago. Lugares muy venosos por donde la sangre circula con facilidad, haciendo que el cuerpo pueda enfriarse rápidamente. Para este tipo de perros también es muy aconsejable (sobre todo en los paseos más calurosos) hacer uso de arneses o collares que puedan empaparse o tengan efecto refrigerante, ya que como hemos dicho antes estos complementos tocan zonas llenas de venas por lo que es fácil enfriar la sangre, y por consiguiente, el cuerpo.

 

 

Si tras un paseo o en casa comienzas a ver a tu perro muy sofocado puedes darle una ducha de agua tibia, nunca de agua fría o helada, ya que su sistema podría no reaccionar ante un cambio de temperatura tan brusco.

 

 

Si tras eso tu perro sigue muy sofocado y con dificultades para respirar, no lo dudes y acude de inmediato a tu veterinario. Siendo cautos y teniendo en cuenta estos consejos podremos disfrutar sin sustos de un verano perfecto junto a nuestro peludo amigo.