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Cómo debe estar la trufa de nuestros perros

La trufa de nuestros perros, o lo que nosotros llamamos nariz, es un órgano muy importante para ellos que ha de permanecer siempre húmeda y brillante. No es ya por cuestión de estética como podrían pensar algunos, si no que debemos tener cuidado de que nunca esté seca para evitar problemas de salud, ya que a través de ella huele y respira.

Simples estornudos o ligeras hemorragias y arañazos no deberían alertarnos. Como ocurre en los seres humanos, eso no es síntoma de algo importante. Sin embargo, si se agudizan o persisten estos síntomas, entonces si podrían ser indicativos de que algo ocurre.

Respecto a los estornudos hay que tener en cuenta en primer lugar, que estos podrán ser de dos maneras: aislados o continuos. Si son de la primera forma, en principio tampoco deberíamos preocuparnos en exceso, ya que la mucosa nasal en general es muy sensible al ambiente, por lo que los estornudos podrían ser causa de cosas sin importancia.

Sin embargo, si los estornudos se convierten en continuos y el flujo nasal esabundante y espeso, nos indicará que nuestro animal es sensible a determinados agentes. En estos casos tendríamos que observarle y controlar que no sacuda en exceso la cabeza, que no respire con dificultad y que no le sangre la nariz. Si ocurriera algo de esto, es posible que nuestra mascota tenga algo en su fosa nasal. Nunca debemos urgarles nosotros la nariz, eso tiene que hacerlo un especialista.

Además hay que saber que la trufa de nuestros perros ha de estar fríalisa y húmeda. Si no fuese así,  no tiene por qué significar que el animal esté enfermo. Podría deberse simplemente a que ha estado demasiado tiempo al sol o que incluso ha estado excavando. En estos casos no tendría mayor trascendencia, pero en otros sí podrían producirse ciertas lesiones