¿Cómo hacer una exploración médica básica a tu mascota en casa?
Nuestras mascotas no pueden decirnos directamente que no se encuentran bien, pero si que pueden darnos señales de que algo no va bien. Cuando notemos a nuestro perro o gato decaído o raro, podemos hacer una rápida exploración en casa para detectar si algo no va bien.
Tomar la temperatura
Para tomar la temperatura se debe utilizar un termómetro digital. Debemos introducir bien la punta del termómetro en el ano de nuestra mascota. Podemos lubricar el termómetro con vaselina o aceite para evitar lesiones.
El rango de temperatura normal es 38,5-39,2ºC.
Mirar las mucosas
Lo más fácil es ver la mucosa oral o la conjuntiva de los ojos. En los gatos, se suele observar el color de la lengua.
Debemos fijarnos en el color de las mucosas. Tienen que tener un color rosado. Unas mucosas pálidas (blanquecinas), amarillas, azuladas o demasiado enrojecidas son anormales.
Para explorar la mucosa oral tenemos que levantar los belfos de la mascota y observar el color de las encías y de la mucosa del interior de los labios o carrillos.
Para explorar la mucosa del ojo debemos observar el color de la mucosa (conjuntiva) del párpado inferior.
Indicios de deshidratación: los pliegues de la piel
Para saber si nuestra mascota está bien hidratada podemos levantar un pliegue de piel y soltarlo. Debe volver en un par de segundos a su posición inicial. Si se mantiene el pliegue durante varios segundos sin volver a su posición, el perro está deshidratado. Podemos intentar mejorar su hidratación dándole agua o suero oral con una jeringa, pero se debe acudir a un veterinario lo antes posible.
Frecuencia cardíaca o pulso
La manera más común de tomar la frecuencia cardíaca es colocar la palma de la mano en el lado izquierdo del pecho por detrás del miembro anterior (Codo), para sentir el latido del corazón. Contamos un Bum-bum como un solo latido.
Pero también tomar el pulso a nuestra mascota es sencillo, tan sólo se requiere mantener en calma a nuestro perro. Debemos localizar la arteria femoral, que es la que cruza por la cara interna de la pata trasera. No es complicado localizar ese punto en el perro.
Una vez que tengamos claro el lugar donde se encuentra esta arteria femoral, pondremos nuestra mano extendida sobre la cara interna alta del muslo. No tardaremos en notar el pulso en esa parte del cuerpo. Ahora es cuestión de contar el pulso en un determinado espacio de tiempo.
El pulso de un perro varía con respecto a los humanos, por lo que no debe extrañarnos que se encuentre entre las 60 y 180 pulsaciones por minuto. En el gato la frecuencia cardíaca es mayor: 140-220 pulsaciones por minuto.
Frecuencia respiratoria
Podemos contar el número de respiraciones con sólo mirar los movimientos del pecho de nuestra mascota. Contamos la cantidad de movimientos que se producen por minuto.
La frecuencia respiratoria normal para un perro es de 10-30 respiraciones por minuto. La frecuencia respiratoria normal para un gato es de 20-40 respiraciones por minuto. En días muy húmedos o calurosos la frecuencia respiratoria puede aumentar levemente.
Si observamos dificultad, sonidos como ronquido u otro aspecto anormal, al respirar, debemos acudir a un veterinario.
Palpar el abdomen
Con una mano o con las dos (en función del tamaño del animal) se palpa con la punta de los dedos ambos lados del abdomen ejerciendo cierta presión. Conviene realizar la palpación con el animal de pie.
Está palpación no debe causar dolor en el animal. Si nuestra mascota se queja o pone el abdomen duro al realizar esta palpación significa que tiene dolor en la tripa.
Observar la orina y las heces
Debemos fijarnos en el color de la orina de nuestra mascota. Tiene que ser una orina clara y transparente. Si la orina se vuelve más oscura (rojiza o color coñac) o más densa y blanquecina, debemos recoger una muestra de orina en un vaso estéril y acudir al veterinario para que realice las pruebas que estime oportunas.
También debemos fijarnos en el aspecto de las heces. Si son más fluidas de lo normal, con mucosidad, con sangre o de color demasiado oscuro (casi negro), debemos acudir al veterinario. También podemos llevarle ya una muestra de esas heces para que pueda hacer un análisis coprológico.