Diego y Vikingo
Esta es la historia de cómo Diego y Vikingo se conocieron, y de cómo un perro de la calle se convirtió en un gran perro de alerta.
Vikingo es uno de los pocos perros del mundo (se estima que hay una docena) capaz de detectar las variaciones de la azúcar en sangre en una persona con diabetes y con ello evitar las hipoglucemias.
Diego y Vikingo se conocieron hace menos de un año, cuando al pequeño le diagnosticaron diabetes, y ya son inseparables. Es prácticamente imposible ver al uno sin el otro.
"No sabíamos muy bien ni qué era ni por qué la tenía ni qué teníamos que hacer", recuerda la madre de Diego, que, menos de dos meses después, empezó a pensar que un perro podría ser de gran ayuda para su hijo. Indagando, Sarah dio con una entidad internacional especializada en perros de asistencia.
Ellos nunca habían trabajado perros de alerta, pero estaban muy interesados en hacerlo, así que se pusieron manos a la obra.
Cualquiera puede pensar al ver a Vikingo que es un perro de raza criado para haber sido un perro guía, de terapia, o asistencia. Pero la historia de Vikingo es otra.
Personal de esta entidad encontró a Vikingo por la calles de México DF. Era un perro abandonado al que unos niños no dejaban de increpar. No pudieron dejar pasar por alto, que el perro parecía indiferente a las trastadas de los niños, su única preocupación era conseguir la pelota que ellos tenían en la mano.
Así que decidieron sacarlo de la calle, y descubrieron que Vikingo era un diamante en bruto con mucho potencial por descubrir.
Vikingo fue seleccionado como el perro idóneo para ser el perro de alerta médica de Diego, y tras meses de entrenamiento, llegó finalmente a su nueva familia.
“Es mi amigo” dice Diego. “Siempre me está olfateando y a veces ha llegado a ladrar para avisarme de que me va a bajar el azúcar cuando todavía no lo ha hecho”.
Ajeno a la ayuda vital que ofrece a diario al pequeño Diego, Vikingo disfruta jugando y siendo mimado por Diego y sus hermanas.